miércoles, 28 de mayo de 2008

Sin identidad propia


El otro día toqué fondo, me di cuenta de que realmente no soy tan fuerte como creía, ser fuerte durante veinte años seguidos y no flaquear es todo lo que he podido darme a mi mismo, luchar por otras personas ha agotado mis fuerzas, por que es así como están mis fuerzas ahora mismo, agotadas, son inexistentes.
Siempre he encarado todo tipo de situaciones pero no es cómodo ver como alguien te ataca solo porque le apetece y sin tener más razón alguna que esa, (si es que se le puede llamar razón), sinceramente ya no me creo el cuento de que “uno recibe lo que da” o ese otro de “quién la hace, la paga” de ser así conozco a muchas personas que deberían tener la tarjeta de crédito en números rojos por falta de fondos, eso siempre y cuando no estén endeudados con el banco por “impago de putadas a los demás”.Ya no me creo nada, he intentado con todas mis fuerzas creer que este mundo no es hostil, que se puede, pero no hay forma, solo me estaría mintiendo una vez más, esto es una jungla en la que comes o te comen, la gente no pasa de los demás, los destruye. Es así de sencillo, nadie está a salvo y no hay armas contra esto, sólo ser más listo y más entero, sé que no soy ningún modelo de catálogo pero eso lo sé desde que nací no hace falta que me lo recuerden, yo soy así, ¿acaso existe alguien perfecto?, siempre he pensado una cosa “yo ya sé qué y quién soy pero cada uno debería mirar quién y qué es” ciertos personajes ocupan su tiempo en mirar y sacar defectos a los demás cuando no son lo suficientemente valientes para mirar y sacarse los suyos, es más divertido reír que afrontar, solo me produce una cosa; vergüenza!, en días como el que viví nadie puede consolarme, quizás no sea todo lo guapo ni lo atractivo, ni siquiera lo perfecto que quisiera, quizás las belleza interior no valga tanto cuando nadie quiere valorar a primera vista lo que puedas ofrecer como persona, quizá no he prestado tanta atención a ser un muñeco más, quizá mi autoestima tiró alto y pidió demasiado. No lo sé solo sé que como si un polluelo fuese abandonado de su nido tras nacer me sentí sin identidad propia.

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